... Y una tarde-noche de lluvia, de escaparse del laburo un rato antes para caminar diez cuadras y empaparse toda, con el ruido de las gotas fondo, casi a oscuras y con una remera que no es mía, Pibe me mira y dice "congelaría este momento".
Yo pensé lo mismo, pero él es de las palabras acá, yo nada más me dedico a mirarlo.
Y a sonreir.
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