sábado, 25 de diciembre de 2010

No creo en Navidades ni en las noches de paz ...

Arrancar bien el 24 me predispuso el resto de ayer y de hoy.

En un rapto de locura fui a la peluquería y me corté el pelo, que me llegaba casi por la cintura, al hombro. Me liberé de muchas cosas gracias a un simple "cortame todo esto". Me arreglé para, horas después, tirarme en el cordón de la vereda con los del barrio a tomar sidra y hablar de fútbol. Recibí llamados de gente que quiero, mensajes que me hicieron reirme a carcajadas y vi la sonrisa de mi ahijada toda la noche.

Discutimos de política (porque soy la rama rebelde de una familia), me atosigaron a preguntas sobre trabajo-facultad-"esas amistades nuevas"-cuándo voy a llevar un novio, me mojaron con una pistolita de agua, me tiraron helado en el pelo. Mientras todos se quejaban de lo atorados que estaban de comida, yo les recordaba que como no como NADA de lo que se come en las fiestas, que mínimo me hiervan arroz. Dormí siesta, no me empedé tanto como hubiese querido, no tengo ganas de salir.

No soy fan a ultranza de la Navidad, pero se hizo tolerable por el simple hecho de que el señor me pidió permiso para decirme que me quiere. Me pidió permiso. No sé si reirme o decirle que es lo más tierno que me dijeron.

5 comentarios:

  1. Una desconocida supone que debe ser lo más tierno que te dijeron pero que aún así, genera risa

    ResponderEliminar
  2. permiso? ah bueeeh se merece un aplausoo :)
    que divinoo! arroz en navidad? vos estas loca querida xD jajaja
    besos!!

    ResponderEliminar
  3. el que te pide permiso tiene miedo a perderte. Miedo a que le parezcas un ridículo, o que no sientas nada por el.

    Te quiere. Eso está claro :)

    ResponderEliminar