lunes, 18 de octubre de 2010

No es un buen momento.

Me pasé todo el viernes y el sábado llorando, y buena parte de la madrugada y mañana del domingo. No es mi mejor momento, es más, me estoy replanteando muchisimas cosas a nivel personal. Si seguir laburando, estudiando. Tengo ganas de mandar a todos a la mierda, de patear el tablero, todo esto con el rimmel corrido y la nariz congestionada.
Tengo miedos que antes no tenía, soy conciente de muchas cosas que antes pasaba por alto, y no está bueno. Tengo pesadillas todas las noches, y no es que me persigue el coco: me despierto llorando y con angustia, y me cuesta un buen rato calmarme. Son miedos.

Soy bastante fácil de leer, mi entorno se da cuenta al toque cuando estoy mal, y me bombardean a preguntas. El puto sexto sentido de S le hizo mandarme un mensaje para saber cómo estaba. Y la careteo con todos, me comporto como siempre, casi hasta mejor que de costumbre. Digo los mejores chistes, la limo a más no poder, muestro mi mejor sonrisa y así y todo, gente que hace días me conoce, me dice "estás apagada negra, te pasa algo?". "No venís el sábado? No estás bien, algo te pasa" me tiraron hace un rato.

Cómo les explico a todos que tengo una recaída marca cañón y que, esta vez, estoy dispuesta a no pelearla?
Cómo hace uno para decir "sí, quiero bajar los brazos, dejenme ser Mía en paz"?
Cómo se hace para decepcionar a todos de nuevo?

2 comentarios:

  1. Digo: ¿firmo acá? ¿no firmo nada? Ni la conozco a la piba, pero el cartelito de publicar un comentario me tira, así que aquí va.
    No es un consejo porque no hay nada más puto que los consejos a mi parecer, en especial cuando vienen de un desconocido; pero sí un recordatorio.
    "Vivir, sólo cuesta vida."
    Apología redonda al no-miedo por excelencia.

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  2. El problema es ése, creer que decepcionar a alguien es decir en voz alta que no querés pelearla. Cuando es al revés, cuando esconderte de esa verdad ante la gente que te quiere es lo que los decepciona. Porque sos una persona, como todos, que se bajonea y no quiere continuar. Y en esos momentos, lo único que te puede servir es la gente, una mano, un silencio. Un gesto de humanidad.

    No te encierres creyendo que en ese lugar feliz que mostrás le hacés bien a alguien, porque los que preguntan no quieren que la caretees y esperan que te abras con ellos para estar con vos. Dejate mostrar también, aunque no le veas el sentido.

    Un abrazo fuerte, aunque inútil.
    Besop.

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